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José Luis Cuevas, vocero de la ruptura

En el natalicio número 85 enfant terrible de La Ruptura quise traer al Blog CEVIDI una de sus facetas, la de vocero de su generación.  En IMER Cuevas colaboró desde 1990 conduciendo las series radiofónicas “Los pasos de Cuevas”, “30 minutos de intimidad con José Luis Cuevas” y “Cuevas y Cruz”. Más de diez años de su trabajo como conductor se encuentran disponibles en la Fonoteca Histórica del Instituto Mexicano de la Radio, la cual además de que puede ser consultada en su sede concentradora se encuentra en un micrositio temático que me hizo pensar en la siguiente publicación.


JOSÉ LUIS CUEVAS Y LA RUPTURA

La distancia que los integrantes de La Ruptura marcaron con el arte predominante de la época se dio en todos los terrenos, pero como bien apuntó el maestro Jorge Alberto Manrique [1] esta confrontación se produjo sin duda más pintando que hablando. Salvo está el caso de José Luis Cuevas (1934-2018), quien publicó en 1958 “La cortina del nopal” en el suplemento México en la cultura de Novedades. En dicho escrito el enfant terriblenarra a través de un cuento la política cultural del gobierno mexicano que continuaba apoyando al arte nacionalista, sobre todo al muralismo mexicano. Las desventuras de un personaje de ficción que no puede separarse de la línea trazada por las instituciones oficiales y que rehúsa salirse del cobijo de la crítica de arte simpatizante con la escuela mexicana resumió su postura [2]:

“Hay una generación joven en México que trae ideales afines con todo este bloque de acción cultural que he mencionado. Yo deseo pertenecer a ella. No me erijo en arbitro de nada ni pido que se siga mi ruta porque empiezo por afirmar que no la considero única.  Admito en arte todos los caminos que se presentan como una prolongación generosa, amplia, de la propia vida.  Quiero en el arte de mi país anchas carreteras que nos lleven al resto del mundo, no pequeños caminos vecinales que conectan sólo aldeas”


La relación de Cuevas con los medios impresos inició en la década de los cincuenta con la publicación de sus dibujos en The News(1950) y en la revista Life(1957). Actividad que le conduciría a colaborar con ensayos en México en la Cultura y en sus columnas “Cuevario” y “El universo de José Luis Cuevas”. En estos escritos de acuerdo con Emmanuel Carballo “dejaba atrás el periodismo y se metía a saco dentro de la prosa narrativa” [3]. 

A través de la sátira, la ironía y la hipérbole Cuevas expuso historias en forma lineal y dedicó muy poco espacio en sus columnas para reflexionar sobre el arte y su filosofía. En una gran proporción sus textos son de carácter autobiográfico o anécdotas que tuvo con algunos artistas del México del siglo XX, como Arnold Belkin. Más allá de exponer un ideario estético su propósito fue de acuerdo con Sánchez Celaya [4] la construcción de una imagen pública que antagonizara con la escuela mexicana. Ya sea en la palabra escrita, en la acción creadora o el posicionamiento político, la obra de Cuevas suele ser polémica y retadora. 


Más que teórico fue el principal vocero de esta generación de jóvenes pintores mexicanos quecomenzaron a exponer a mediados de los años cincuenta en espacios independientes, principalmente porque se les tenía vedado los recintos oficiales y muestras internacionales y la crítica de arte les dedicaba muy poco espacio. Ellos apostaron, incluso, por la gestión cultural a través de la creación de galerías como la Prisse, proyectos editoriales que darían vida a S.Nobo filmes como En el balcón vacío. El carácter efímero y múltiple de los proyectos y espacios en los que participaron además de dificultar su documentación es quizás una de las principales razones por las cuales existe mucho desacuerdo en torno a esta generación.

Referencias

[1] Jorge Alberto Manrique, El rey ha muerto: viva el rey. La renovación de la pintura mexicana, Revista de la Universidad de México, Núm. 7-8, marzo-abril, 1970, pp. 25.

[2] José Luis Cuevas, La cortina del nopal, En: Ruptura. 1952-1965, México, Museo Carrillo Gil, 1998, Pp. 91.

[3] Emmanuel Carballo, Material de Lectura, Núm. 48, pp. 3. 

[4] Georgina Sánchez Celaya, Ironías del poder. El caso José Luis Cuevas, Revista Digital CENIDIAP, julio-octubre 2013.