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LA RUPTURA en las artes

La Ruptura, de acuerdo al Maestro Manuel Felguérez, “es la suma de las artes plásticas, el teatro, el cine, la literatura (…)”. Juan Rulfo, Octavio Paz, Salvador Elizondo, Merce Cunningham, Guillermina Bravo, Gloria Contreras, Mario Lavista, Manuel Enríquez, por mencionar a algunos nombres compartían valores que incorporaron en sus trabajos creativos: modernidad, pluralidad e individualidad.

La danza en México

La danza fue la última de las artes en incorporarse al proyecto cultural nacionalista del México posrevolucionario. En 1932 —es decir, una década después de que Diego Rivera y José Clemente Orozco pintaran sus primeros murales— las autoridades estatales decidieron establecer la Escuela de Danza de la Secretaría de Educación Pública, otorgando con esto apoyo y reconocimiento oficial a la disciplina. De manera significativa, el primer director de la escuela fue Carlos Mérida, pintor considerado como uno de los modernistas solitarios del arte mexicano. Paradójicamente, la tardía llegada del arte dancístico a la escena cultural del país propició que éste se convirtiera de alguna manera en una síntesis del arte nacionalista mexicano, ya que en gran medida se nutrió de las otras expresiones estéticas. De esta manera, personalidades de la plástica, la literatura y la música de aquellos años colaboraron, cada quien desde su disciplina, en el desarrollo de lo que se conoció como Movimiento Mexicano de Danza Moderna.

Guillermo de Arriaga, uno de losprincipales coreógrafos del movimiento, considera que existió una “Época de Oro” de la danza moderna mexicana, la cual inició entre 1939 y 1940 con el arribo de las coreógrafas norteamericanas Ana Sokolow y Waldeen. Ambas artistas se incorporaron a la vida cultural del momento, desempeñándose como maestras y formadoras de las bailarinas y los bailarines que posteriormente tendrían un papel protagónico en la danza de México como Amalia Hernández (Ballet Folklórico de México), Ana Mérida (Academia de Danza Mexicana), Guillermina Bravo (Ballet Nacional de México) y José Silva, entre otros. Coreografías representativas de este periodo son la Balada del Venado y la Luna y Zapata, por sólo citar dos ejemplos.

Sin embargo, la danza es arte del movimiento y en movimiento. En consecuencia, no resultó extraño que sus protagonistas, ejecutantes y creadores, buscaran una constante renovación de su disciplina. “La danza no debe pararse en posiciones. Danza es transición trastransición…” según afirma el coreógrafo Jaime Blanc. Desde luego, este deseo de cambio y renovación constantes pronto se dejó sentir en el Movimiento Mexicano de Danza Moderna. En 1960, Guillermina Bravo estrena la coreografía El paraíso de los ahogados con escenografía y vestuario de Raúl Flores Canelo y música magnetofónica de Raúl Hellmer. En esta obra, Bravo da un viraje en su trayectoria creativa, alejándose de los temas y los libretos realistas y nacionalistas que hasta entonces habían predominado en la danza mexicana. En el paraíso, se explora el mundo simbólico y mágico de la mitología indígena (Teotihuacana), expresado por medio del movimiento. Esta obra resultó ser un parteaguas para la danza moderna mexicana, ya que su autora buscaba expresarse por medio de la danza en sí misma, sin necesidad de recurrir al discurso nacionalista y las imágenes visuales prestadas del muralismo. Se puede decir que era una incipiente propuesta de “danza-danza”, haciendo un paralelismo con la “pintura-pintura” que promovían los miembros de la generación de la Ruptura. A partir de entonces, los rumbos estéticos y las perspectivas de la danza moderna mexicana tomaron otros rumbos, marcando el ocaso de su “Época de Oro”.

Una década después, finalizando la década de los 60, en medio de la crisis política y cultural que se experimentaba en el mundo occidental, diversos rompimientos entre los grupos profesionales de danza moderna fueron generando paulatinamente el surgimiento de la danza contemporánea con nuevas compañas dancísticas, muchas de ellas independientes, nuevos impulsos y nuevos movimientos.

Referencias

  • Arriaga, Guillermo (2008). La época de oro de la danza moderna mexicana. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Dirección General de Publicaciones.
  • Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Instituto Nacional de Bellas Artes & Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (2014). Guillermina Bravo. Testimonial. México: Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
  • Dallal, Alberto (1985). La danza en situación. México: Gernika.




La Generación de la Casa del Lago - Ma. Luisa Durán.