Roger von Gunten, escenógrafo
Roger von Gunten, pintor y escultor integrante de la Generación de la Ruptura, nació en Zurich, Suiza el 29 de marzo de 1933. Estudió pintura y diseño gráfico en Zúrich, en la Escuela de Artes y Oficios (Kunstgewerberschule). Ahí tuvo como director al teórico del color Johannes Itten y como maestro a Ernst Gubler. A su egreso viajó por Europa y luego decidió recorrer América con un amigo (de Nueva York- a Patagonia).
En 1957 se trasladó a la Ciudad de México y realizó su primera exposición en la Galería Antonio Souza. Más adelante, en 1966, participa en Confrontación 66 y formó parte del I, II y III Salón Independiente (1968, 1969 y 1970). Durante su trayectoria artística ha presentado su obra de manera individual y colectiva a nivel nacional e internacional. Destacan tres retrospectivas: Museo de Arte Moderno (1978), Palacio de Bellas Artes (1989) y Museo Universitario del Chopo (1994).
Su incursión en el teatro como escenógrafo inicia en la década de los sesenta, una colaboración con Juan José Gurrola que comentamos –aunque de manera tangencial- en la publicación anterior. Cuando escribíamos sobre la obra que se presentaría en Punto de Encuentro nos quedamos con la inquietud por reflexionar sobre algunos aspectos del trabajo interdisciplinario de la Generación de la Ruptura.
Dos siglos atrás el papel del escenógrafo era muy poco valorado o estudiado, sobre todo en la escena mexicana, donde llegaron tardíamente las teorías vanguardistas de Adolph Appia y Edward Craig. Su importancia ha sido anotada por estudios como el de Itala Schmelz [1] en el caso de Gunther Gerzo y por supuesto los trabajos de Angélica García sobre el Efímero Pánico de Alejandro Jodorowsky [2] y la dirección escénica y la arquitectura teatral de Juan José Gurrola Gurrola [3]. A pesar de que la escenografía es el medio que permite llevar a la estética lo que un autor ha puesto en palabras, en una pieza dramática existe una notable ausencia de información disponible sobre integrantes como el caso de Roger von Gunten, quien considera que transitó en estos terrenos de manera tradicional y se caracteriza por una evolución creadora que le describió a Miguel Ángel Muñoz de la siguiente forma [4]:
“Diseñar una escenografía y meter mano en su realización –pintándola e iluminándola – es una tarea fascinante y exigente. Hay que intuir un lado no revelado por el texto de una obra de teatro y crear un mundo, un hábitat, un lugar anímico, para sus personajes y una estructura espacial y ambiental para el director de escena y los actores que le van a dar vida durante cada función. Se trata de un mundo con una continuidad altamente ilusoria, con límites espaciales y temporales contundentes, pero en eso consiste justamente su encanto”.
En esta misma entrevista von Gunten señala una mancuerna con Juan José Gurrola en los sesenta en la Ciudad de México, a saber:
Los poseídos, Teatro del Bosque, 1963. Una obra de Albert Camus y F. Dostoievsky con anotaciones de Juan García Ponce y un reparto en el que se encontraban Carlos Jordán, Sergio Guzick, Tamara Garina, Manuel González, Leopoldo Labra y Federico Romano. Aunque no tuvo una buena aceptación de la crítica, quien calificó la obra como “tediosa”, Gurrola apuntó lo siguiente: “(…) me alegra que Los poseídos (…) haya sido un fracaso. La puesta en escena y la producción estaban destinadas a perder. El teatro debe, de vez en cuando, darse ese lujo” [5].
¡Ay papá, pobre papá! Estoy muy triste porque en el clóset te colgó mamá, Teatro Milán, 1964. Obra de Arthur Kopit con traducciones de Juan García Ponce y M.A. Domínguez y de elenco figuraron Roberto Dumont, Rita Macedo, Carlos Jordán, Julissa, Oscar Chávez, Julián Pastor, J. Félix Guilmain, Luis de Llano jr. En esta ocasión el trabajo de dirección escénica de Gurrola, apoyado por la escenografía de Roger von Gunten, se centró en el manejo de marcados contrastes plásticos y actorales.
Doce y una trece, Teatro de la Casa del Lago, 1964. Obra de Juan García Ponce que tuvo como reparto a Jacobo Checimsky, Tamara Garina, Luis Lomelí, Claudio Obregón, Teresa Selman, Beatriz Sheridan. La escenografía y vestuario fueron realizados por Roger von Gunten. En la sala permanente de García Ponce del MACAY hay una pieza homónima de la colección personal del escritor yucateco.
La labor escenográfica de von Gunten continuó con en 1987 con Ácis y Galatea, ópera presentada en la Sala de Conciertos Ollín Yoliztli bajo la dirección de Benjamín Juárez Echenique. Cuatro años más tarde le siguió La hija de Rapaccini de Daniel Catán con un libreto de Juan Tovar basado en una obra de teatro de Octavio Paz que contó con la dirección de Mario Espinosa. Se estrenó el 25 de abril de 1991 en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
Notas
[1] Itala Schmelz, “Gunther Gerzso, ante la obscuridad del backstage”, El arte de lo efímero, México, Consejo Nacional para la Cultura y las artes, 2015.
[2] Angélica García, El teatro pánico de Alejandro Jodorowsky en México (1960-1977), CD-ROM Multimedia, Biblioteca Digital 2, CITRU, México, 2008.
[3] Angélica García, El teatro de Gurrola (1957-2000), CD-ROM Multimedia, Biblioteca Digital 2, CITRU, México, 2002.
[4] Miguel Ángel Muñoz, “En mi obra hay cambios, pero nunca rupturas, asegura Roger von Gunten”, Crónica, 2017.
[5] “Tres directores teatrales relatan sus experiencias”, Siempre, México, 8 de enero de 1964.