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LA RUPTURA en las artes

La Ruptura, de acuerdo al Maestro Manuel Felguérez, “es la suma de las artes plásticas, el teatro, el cine, la literatura (…)”. Juan Rulfo, Octavio Paz, Salvador Elizondo, Merce Cunningham, Guillermina Bravo, Gloria Contreras, Mario Lavista, Manuel Enríquez, por mencionar a algunos nombres compartían valores que incorporaron en sus trabajos creativos: modernidad, pluralidad e individualidad.

La Generación de la Casa del Lago - Ma. Luisa Durán.

Al igual que el movimiento de Ruptura, un objetivo primordial de estos escritores fue dejar de lado los sentimientos nacionalistas y la literatura indigenista para lanzarse a una expresión literaria mucho más universal. Ellos no tuvieron que rasgar de golpe la “Cortina de Nopal” de la que hablaba José Luis Cuevas cuando rompieron con los muralistas, porque sus modelos mexicanos fueron otras generaciones que también proponían una expresión artística más cosmopolita: Los Ateneístas Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Antonio Caso, Los Contemporáneos Jorge Cuesta, Salvador Novo, José Gorostiza, Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia y la Generación Taller Octavio Paz, Efraín Huerta, José Revueltas.

Los orígenes

No hay una fecha precisa, un año exacto en el que se pueda señalar el comienzo. Algunos se conocieron desde niños en los scouts: <<los siempre listos>> Batis, Felguérez y los hermanos García Ponce. Otros se les unieron provenientes de otros estados: Arredondo de Sinaloa; Melo, de Veracruz. Algunos más vivieron su infancia como refugiados de la Guerra Civil Española, tal es el caso de José de la Colina y Tomás Segovia.

Un año decisivo para este grupo fue 1956, cuando Octavio Paz publicó su ensayo El arco y la lira, donde hablaba de las características de la escritura, de la poesía y la novela, de la vocación mística de la literatura, de lo sagrado y el misterio del arte. Esta obra marcó a los literatos de la Casa del Lago, fue una especie de libro de texto que les dio la pauta acerca de las características que anhelaban transmitir en sus obras, el río subterráneo que unió las necesidades expresivas de Inés Arredondo, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo y Salvador Elizondo, principalmente.

José Emilio Pacheco consideraba que 1958 fue otro año esencial para estos intelectuales. La publicación de La región más transparente, de Carlos Fuentes -considerada la primera novela urbana por excelencia- ocurría en un ambiente de convivencia en diversos cafés del centro de la ciudad, de las colonias Roma y Condesa, de la Zona Rosa y de casas de escritores, como Juan José Arreola y Juan García Ponce. Un año de consolidación de amistades, de intercambio de ideas que transformarían la visión de estos contertulios acerca de la literatura.

Otros factores ayudaron a fortalecer la generación: Jaime García Terrés, como director de Difusión Cultural de la UNAM (1953-1965), se encargaría de agruparlos en diversas instancias culturales: Poesía en Voz Alta, grupo de teatro dirigido por Octavio Paz; la Casa del Lago, cuyo primer director fue Juan José Arreola, y la nueva época de la Revista de la Universidad de México, donde intervendría Juan García Ponce.

Además de la Casa del Lago, los escritores se dieron a conocer en diversas publicaciones: la Revista Mexicana de Literatura -para diferenciarse de la Revista de Literatura Mexicana, editada por Antonio Castro Leal en sus tres épocas: 1955-1958 Fuentes/Carballo, 1959-1962 Segovia/Alatorre y 1963-1965 García Ponce; las revistas S.NOB (junio-octubre 1962), Revista de la Universidad de México, Cuadernos del viento y La palabra y el hombre, de la Universidad Veracruzana; los suplementos “La cultura en México” y “México en la Cultura”, a cargo de Fernando Benítez ; y las editoriales Era y Joaquín Mortiz.

Su literatura

No es fácil leerlos. Su literatura tiene un fin en sí misma y está llena de claves secretas, de influencias de escritores de otras latitudes que sólo ellos conocían en México, siempre hay mucho más que leerles entre líneas. Podría decirse que la Generación Destrozada se agrupo bajo las siguientes características:

  • Fueron herederos de las generaciones de Ateneístas, Contemporáneos y Taller. El arco y la lira, de Octavio Paz, es una especie de manifiesto de su cohesión de grupo. Su punto de partida literario fue La región más transparente, de Carlos Fuentes.
  • A través de traducciones y reseñas dieron a conocer tanto a escritores noveles mexicanos  como a extranjeros consagrados y casi desconocidos: Thomas Mann, George Bataille, Robert Musil y muchos más alemanes, franceses, nórdicos, italianos, estadounidenses e ingleses.
  • Se desenvolvieron en casi todos los géneros literarios, pero destacaron como narradores. Le dieron una importancia capital al cuento y también fueron editores y traductores. Hicieron crítica de diversas artes: pintura, cine, literatura y música.
  • Poseían un “afán cosmopolita”, una necesidad de afirmarse como mexicanos desde el universalismo. Desplazamiento por la ciudad, su literatura es más urbana que rural o indigenista.
  • Su compromiso literario fue inmenso e intenso, mientras que su compromiso político fue sólo de palabra y los llevó a la acción hasta 1968.
  • Adaptaron las características de la poesía que enumera Octavio Paz en El arco y la lira  a cuentos y novelas: lo sagrado, la mística, lo nocturno del ser, la metamorfosis, la otredad, la revelación, el rito…
  • Sus temas recurrentes fueron sus obsesiones: lo prohibido, el tabú, el incesto, la locura, el erotismo y la violencia. Exigentes y perfeccionistas al extremo, buscaron “La Verdad” como fin en la literatura.
  • Prefirieron desvincularse de la sociedad: el artista creando en soledad.
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Texto original: Durán, Ma. Luisa. (2015). Ante todo, el arte: la Generación de la Casa del Lago. Algarabía. Abril, año XIV. No. 127. Pp. 40-49.




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