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LA RUPTURA en las artes

La Ruptura, de acuerdo al Maestro Manuel Felguérez, “es la suma de las artes plásticas, el teatro, el cine, la literatura (…)”. Juan Rulfo, Octavio Paz, Salvador Elizondo, Merce Cunningham, Guillermina Bravo, Gloria Contreras, Mario Lavista, Manuel Enríquez, por mencionar a algunos nombres compartían valores que incorporaron en sus trabajos creativos: modernidad, pluralidad e individualidad.

Nacionalismo y Ruptura en la música mexicana del siglo XX

El triunfo de la Revolución Mexicana trajo consigo la necesidad de construir un nuevo proyecto de nación que diera legitimidad al nuevo orden político, social y cultural derivado de este movimiento armado iniciado en 1910. Intelectuales y artistas emprendieron la tarea de generar proyectos encaminados a la difusión masiva de la educación y de las artes en todos los sectores de la población, de manera especial entre las clases populares tanto en las ciudades como en el campo. En este proyecto cultural revolucionario y posrevolucionario, las artes y los artistas ocuparon un papel de considerable importancia ya que a través del trabajo de éstos, enfocado bajo un discurso de corte nacionalista, se fue conformando el panorama visual y sonoro de lo que con el correr del tiempo se consolidó como “lo mexicano”; es decir, como un tipo de esencia cultural de la nación. Por ejemplo, en el ámbito de las artes visuales, la Escuela Mexicana de Pintura --encabezada por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros--, se posicionó como la corriente hegemónica de la creación plástica en el país: “No hay más ruta que la nuestra”, escribía Orozco en 1945. Una situación similar se dio en la literatura, la arquitectura, la danza y la música.

La corriente nacionalista de la música mexicana se inició desde las primeras décadas del siglo XX, siendo Manuel M. Ponce su fundador y uno de sus principales exponentes. El nacionalismo buscaba el rescate y la creación de una tradición musical propia basada en las expresiones sonoras de las culturas prehispánicas, en el folclor y en la música popular. Sin embargo, fue hasta 1930 cuando el nacionalismo musical adquirió un carácter oficial, impulsado especialmente por Carlos Chávez, en ese entonces director del Conservatorio y de la Orquesta Sinfónica de México, quien se asumió como el principal portavoz esta corriente y reunió en torno suyo a un grupo de músicos, compositores y musicólogos que compartían sus intereses, dando continuidad al proyecto nacionalista. De esta manera se conformó la denominada Escuela Mexicana de Composición a la cual pertenecieron compositores como Silvestre Revueltas, Blas Galindo, José Pablo Moncayo y Daniel Ayala.

Mediando el siglo, en la década de los cincuenta, una nueva generación de jóvenes artistas y pensadores de diversas disciplinas comenzaron a cuestionar el reduccionismo historicista y nacionalista, fuertemente ideologizado, que predominaba en el panorama cultural y artístico mexicano tutelado y financiado principalmente por el Estado. Los integrantes de esta generación abogaban por la apertura del país hacia las nuevas corrientes y estéticas de las vanguardias internacionales buscando, asimismo, afirmar su libertad para crear y expresarse de manera individual. Creadores como José Luis Cuevas, Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Vicente Rojo y Alberto Gironella, entre otros,  se apartan del realismo socialista y costumbrista de la Escuela Mexicana de Pintura, explorando en nuevas corrientes artísticas como el abstraccionismo, el geometrismo, el neofigurativismo, etc. Este grupo es conocido como la generación de La Ruptura.

En lo que respecta a la música, la ruptura con la corriente nacionalista se dio de manera gradual y un tanto tardía. La llamada Nueva Música de México, surgida en 1957, constituyó una generación de compositores que transitó entre los estilos y temas abordados por los nacionalistas y las formas de expresión individual  y de innovación técnica y estilística más contemporáneas. A este grupo pertenecieron músicos como Rafael Elizondo, Leonardo Velázquez, Federico Smith, Joaquín Gutiérrez Heras y Mario Kuri Aldana que, aunque no se pronunciaron abiertamente en contra del arte nacionalista, sí criticaron y resintieron las políticas oficiales que limitaban el acceso de las nuevas generaciones de compositores a los recursos económicos y los espacios públicos culturales (como las salas de conciertos).

A partir de 1960, la ruptura con el nacionalismo musical se hizo más evidente. El contacto de los jóvenes músicos con las nuevas corrientes de carácter experimental en los Estados Unidos y Europa propició la renovación de la composición musical en México. Esta generación compositores, conocida como “vanguardia de los sesenta”, consolidó las formas sonoras experimentales y de vanguardia incursionando, por ejemplo, en el laboratorio de música electrónica impartido por Jean-Etienne Marie en 1968, y en el grupo de improvisación musical Quanta dirigido por Mario Lavista. Otras de las innovaciones incorporadas a la composición fueron el uso de la técnica dodecafónica, creada por el austriaco Arnold Schönberg, y del sistema serialista, establecido por Anton Webern.

Compositores como el ya mencionado Mario Lavista, Manuel Enríquez, Julio Estrada, Francisco Núñez, Arturo Márquez, Eugenio Toussaint, Antonio Russek, Marcela Rodríguez, Antonio Kuri, entre otros, continuaron con la apertura hacia nuevos lenguajes y estéticas musicales, con una tendencia hacia la hibridez de corrientes muy diversas, generando en la actualidad un panorama musical plural en el que se pueden percibir corrientes que van del neonacionalismo (que recrea y revalora la música popular y étnica) hasta la “nueva complejidad” (música conceptual) y la electroacústica (con fuerte influencia de la informática).

Referencias

Arciniega, Hugo; Noelle, Louise & Ramírez, Fausto [Coords.] (2012). El arte en tiempos de cambio. 1810. 1910. 2010. México: Universidad Nacional Autónoma de México & Instituto de Investigaciones Estéticas.

Lavista, Mario (2005). Mario Lavista: la ruptura con el nacionalismo. Proceso. Disponible en Web

Moreno Rivas, Yolanda (1996). La composición en México en el siglo XX. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Robles Cachero, José Antonio (2000). La música mexicana de concierto en el siglo XX, eclecticismo y diversidad. México en el tiempo. No.38. Pp.38-45.

Tello, Aurelio (2010). La creación musical en México durante el siglo XX. La música en México. Panorama del siglo XX. México: Fondo de Cultura Económica / Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.




La Generación de la Casa del Lago - Ma. Luisa Durán.