El Sábado de Huberto Batis
Por Addy CP
El mejor homenaje que se puede rendir a un escritor es leer su obra. Y, en el caso de un autor como Huberto Batis, quien “se preocupó más por sus lectores que por sus amigos” (Aceves, 2017), considero que resulta oportuno citar el trabajo de investigación de Catalina Miranda.
Hace unos meses, en el Coloquio CEVIDI 2019, la escritora ofreció la conferencia “Periodismo cultural mexicano. Huberto Batis y sábado de unomásuno”, donde presentó su proyecto de rescate hemerográfico del suplemento, el cual inició en 2005 con la colección Laberinto de Papel.
El número inicial de esta colección lleva por título Huberto Batis. 25 años en el suplemento sábado de unomásuno (1977-2002), un material que inicia con sus primeros textos literarios y da cuenta de su paso por uno de los suplementos más leídos y controvertidos de la cultura mexicana de finales del siglo XX.
Batis, como bien apunta Roció Barrionuevo en Confabulario, “se dedicó a difundir la obra ajena, descuidando la propia (…) y convirtió a muchos en adictos al trabajo. No había otra”. Así, el equipo de trabajo de sábado pronto generó una escuela, la cual, aunque no es reconocida oficialmente, se caracteriza por ser “ajena a estructuralismos, de semióticas, de teorías literarias (…) su método es casi mayeútico, socrático” (Miranda, 2005).
Por 57 años Batis dio clases de teoría literaria en la carrera de Letras y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ahí y también desde las páginas literarias de revistas, periódicos y suplementos formó a una gran cantidad de escritores, entre los que destacan Alberto Ruy Sánchez, Adolfo Castañón, Guillermo Sheridan y Malva Flores.
Collage de María Eugenia Chellet publicado en sábado con motivo del vigésimo aniversario del suplemento.
Su deseo con sábado era hacer un suplemento vivo y actual, lo cual realizó hasta el último número que dirigió en enero de 2000. Para ello, escogió un día de la semana que consideró como apropiado, ya que la gente tendría más tiempo de leer el fin de semana y, de esta manera, llevaría ventaja a los suplementos dominicales. Logró con esta fórmula y durante su dirección generar un público heterogéneo que demandó un periodismo cultural de altura.
De pie: José Said Arellano, David Martínez y José Manuel Recillas. Sentados: Aída Lara, Huberto Batis y Catalina Miranda. En el Diván de sábado (1998). Foto de Mario Martínez Meza.
Sábado “despertó diálogo polémico, atrajo correspondencia y logró que los lectores participaran en sus problemas” (Aguilar, 2017) y rompió con los formalismos de los suplementos, a través de secciones como El Desolladero y El Diván.
En El Desolladero, los escritores tenían lo oportunidad de discutir de manera directa con sus lectores o colaboradores. La idea era generar un libre intercambio de ideas de manera crítica. Por su parte, en el género gráfico-periodístico, El Diván exhibió el trabajo fotográfico de Batis y levantó polémicas al incluir textos eróticos y contenido explícito.
Para conocer más de su trabajo, pueden consultar nuestro acervo, el cual cuenta con diversos títulos sobre este integrante de la Generación de la Casa del Lago. Estamos abiertos de lunes a viernes, excepto martes, de 10 a 18 horas. La entrada es libre.
Trabajos citados
- Aceves, M. (2017). En Sábado pueden ladrar los perros a los leones libremente. En C. Miranda, Protagonistas del suplemento cultural sábado de unomásuno. México: Ariadna.
- Aguilar, J. (2017). Fue interesante el periodo que lectores diferentes buscaron "las páginas de los locos". En C. Miranda, Protagonistas del suplemento cultural sábado de unomásuno. Huberto Batis. México: Ariadna.
- Miranda, C. (2005). Huberto Batis. 25 años en el suplemento sábado de unomásuno (1977-2002): Ariadna.