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El Teatro Pánico de Alejandro Jodorowsky

Momentos de Ruptura   -   Addy CP   -   20/02/2018

Alejandro Jodorowsky (Tocopia, Chile, 1929) inicia su trayectoria artística en Chile durante la década de 1940 a 1950. Más adelante, en 1959, llegaría a México con la compañía de Marcel Marceau en el momento propicio para ser caldo de cultivo de una generación que más adelante sería conocida como Ruptura. Los entonces nuevos medios de comunicación (la televisión, revistas y suplementos culturales) jugaron un papel determinante en el mercado de arte y en las propuestas de jóvenes creadores como Héctor Mendoza, Juan Ibañez, Ludwik Margules y Juan José Gurrola que tomaron distancia de los esquemas del teatro tradicional. 

Jodorowsky introdujo a la escena teatral mexicana las corrientes europeas con textos de Beckett, Ionesco y Tardieu. Además, dirigió en México más de cincuenta espectáculos entre los que se incluyen pantomimas, musicales, marionetas y puestas en escena de su propia autoría. En 1962 funda junto con Fernando Arrabal (Melilla, España, 1932) y Roland Topor (París, Francia, 1938-1997) fundan el “Movimiento Pánico”, antecedente del happening y el performance.


“Arrabal, Topor y yo asistíamos a las reuniones surrealistas que organizaba Bretón en París. Me sorprendió lo decadentes que eran, tan trotskistas, tan románticos....recuerdo que Bretón odiaba la música y la pintura abstracta. En medio de una cultura decadente y romántica que nos parecía una gran estafa decidimos hacer un gran chiste. Creamos el Pánico: un movimiento que no existía, que no tenía leyes”[1].

A través de tres elementos básicos: terror, humor y euforia, el teatro pánico rompió con la tradición teatral y la estructura aristotélica. Se trataba de sacar el teatro del teatro y hacer del hecho teatral un acontecimiento único e irrepetible.


La Opera del orden (1962), quizás el trabajo más representativo de la experimentación temprana de Jodorowsky coincidió con la formación del Movimiento Pánico. Aunque durante seis meses los actores estuvieron ensayando no se estrenó formalmente porque se clausuró el teatro después de dos ensayos generales con público que serían referidos por Ibargüengoitia de la siguiente manera:

“El mérito de la obra no está en su innovación formal, sino en la originalidad del resultado que es tan caótico como una batalla planeada con años de anticipación. A diferencia de las revistas musicales de costumbre que se mantienen en un riguroso nivel de superficialidad, ésta tiene sketches dirigidos a diferentes capas de la vida, la amistad, la vida social, el matrimonio, la justicia, el poder, la servidumbre, etc.” [2]

Por su parte la investigadora de artes escénicas especializada en la segunda mitad del siglo XX, Angélica García Gómez, destaca que uno de los momentos más interesantes en la experimentación escénica de Jodorowsky son precisamente los efímeros pánicos ya que “tuvieron un efecto contundente en los artistas plásticos y de su concepción derivó el ensayo ¡Sacar al teatro del teatro!”. [3]

Referencias

[1] Itzíar de Francisco, El Cultural, La catarsis del Pánico, 26 de septiembre del 2001.

[2] Jorge Ibargüengoitia, Siempre, suplemento La Cultura en México, La ópera del orden: blanco del macartismo, núm. 474, pp. XVIII-XIX, 25 de julio de 1962.

[3] Angélica García & Alberto Figueroa (2008). El teatro pánico de Alejandro Jodorowsky en México (1960-1977). México: INBA.