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La generación de la Casa del Lago

Escribo estas líneas con el mal sabor de boca producido por no haber dedicado antes una publicación en este espacio a Juan Vicente Melo y a José de la Colina, dos de los escritores nacidos alrededor de la tercera década del siglo XX y que comenzaron a publicar en México cuando tenían escasos veinte años. 

Aunque el historiador y etnólogo mexicano Wigberto Jiménez Moreno empleó el término Generación del Medio Siglo para referirse a estos intelectuales, como bien señalan Armando Pereira y Claudia Albarrán [1] “ni sus propios integrantes ni los críticos que se han ocupado de ella se han puesto de acuerdo en la manera de nombrarla”. Alrededor de estos escritores se han construido diversos estudios, entre los que destacan los realizados por Graciela Martínez Zalce [2], Leonardo Martínez Carrizales [3], Bruno Hernández Piché [4] y más recientemente Eugenio Mancera Rodríguez [5].


Pereira y Albarrán distinguen con la denominación de Generación de la Casa del Lago a un grupo emergente de escritores que desarrollaron una profusa actividad crítica y una fascinación por la experimentación y la exploración de las situaciones límite, entre los que destacan:  

Tomás Segovia (1927-2011). Poeta, ensayista, narrador, traductor y profesor. Estudió Filosofía y letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y lengua francesa en el Institut Français d’Amerique Latine. Certificat d’Aptitude à l’Enseignement de la Langue Française (La Sorbona). Segovia cultivó diversos géneros: poesía, ensayo y la narrativa. Trabajó como traductor y periodista cultural en distintos ámbitos cine, radio, televisión, revistas y suplementos. Entre 1963 y 1964 trabajó como encargado de documentación y publicación en un organismo internacional en Montevideo. Más adelante (19655-1966) estuvo en París trabajando en diversas editoriales.  


Inés Arredondo (1928-1989). Cuentista y crítica literaria. En 1947 cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Un año más tarde cambió su carrera y decidió estudiar Letras Hispánicas, de la cual egresó en 1950 con la tesis “Sentimientos e ideas políticas y sociales en el teatro mexicano de 1900 a 1950”.  Continuó su formación a través del Arte Dramático (1950-1951) y la Biblioteconomía (1953). En 1973 concluyó su maestría en Letras Españolas con la tesis “Acercamientos al pensamiento artístico de Jorge Cuesta”.


Emmanuel Carballo (1929-2014). Ensayista, narrador literario, crítico literario y poeta tapatío. Considerado el crítico literario mexicano más importante del siglo XX. Estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad de Guadalajara. Fue conductor del programa radial “La Gaceta Cultural del Aire” y del televisivo “Invitación a la Cultura”, que obtuvo premios como el mejor programa cultural. También fue director literario de Empresas Editoriales, donde escribió y coordinó la serie “Autobiografías precoces”.


Salvador Elizondo (1932-2006). Dramaturgo, ensayista, narrador y poeta mexicano. Estudió artes plásticas en La Esmeralda y en la ENAP; letras inglesas en la UNAM y en las Universidades de Ottawa, Perugia, París y Cambridge; cine en el Institut des Hautes Etudes Cinématographiques de La Sorbona, París. También miembro del grupo Nuevo Cine y Director de Apocalipsis 1900.


Juan Vicente Melo (1932-1996). El escritor y crítico musical veracruzano se tituló como Médico en la UNAM en 1956. Ese mismo año inició su obra literaria con la publicación del volumen de cuentos “La noche alucinada”, patrocinado por su padre y editado por la Prensa Médica Mexicana. En el Hospital Saint-Louis, en París, con una beca concedida por el gobierno francés, se especializó en dermatología. Durante este periodo (1956-1958) realizó estudios de literatura francesa contemporánea en La Sorbona. Regresó a Veracruz en 1959 y alternó la práctica médica con la dirección del suplemento “La Semana Cultural”. A principios de 1963 se convirtió en el responsable de la Casa del Lago, cargo que ocupó durante cuatro años.


Juan García Ponce (1932-2003). Cronista, dramaturgo, traductor, ensayista y narrador yucateco. Estudió Arte Dramático y Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Posteriormente comenzó a integrarse en diversos foros culturales del país y llegó a convertirse en una de las figuras más influyentes de la intelectualidad mexicana del siglo XX. Es considerado “el escritor por antonomasia de La Ruptura”.


Huberto Batis (1934-2018). Ensayista, crítico literario y profesor. Maestro en Lengua y Literatura Españolas. Su carrera periodística inició un poco antes en 1960 como miembro de la tercera época de la Revista Mexicana de Literatura (1960-1965) y con la publicación de Cuadernos del Viento, proyecto que dirigió con Carlos Valdés hasta 1967. En ese año sus maestros Agustín Yáñez, Director de la SEP, y José Luis Martínez, Director del INBA, lo invitaron a dirigir la Revista de Bellas Artes, donde permaneció hasta 1967. En 1977 Arturo Azuela lo invitó a colaborar en el periódico Unomásuno y comenzaría una etapa crucial en su carrera y en la historia del periodismo cultural: la creación del suplemento Sábado.


José de la Colina (1934). Ensayista y narrador español. Ha sido miembro del consejo de redacción de las revistas Nuevo Cine, Plural, Revista Mexicana de Literatura y Vuelta; director durante veinte años de El Semanario Cultural de Novedades. Colaborador en Contrechampy Positif, Ideas de México, La Cultura en México, La Nouvelle Revue Francaise, La Palabra y El HombreLe Chanteau du Verre, Letras Libres, México en la Cultura, Milenio Diario, Revista Universidad de México, entre otros.



Dentro de la heterogeneidad de los miembros del grupo que hemos enumerado existen factores de integración, como el explicado por Melo [6]:

“una visión crítica, un deseo de rigor, una voluntad de claridad, una necesaria revisión de valores que han permitido una firme actitud ante la literatura, las otras artes y los demás autores” 

Dicha actitud compartida hacia el estado de la literatura del momento además de llevarles a proyectos conjuntos nos lleva a pensar en la existencia de canales de comunicación y diálogo entre sus obras, cuyas estéticas apuntan hacia diferentes lugares. El convencimiento de que el cosmopolitismo era la vía de acceso a la autonomía estética les llevó a traducir autores extranjeros e introducir a escritores latinoamericanos y con ello ampliaron la visión de la literatura en México. 

Referencias

[1] Armando Pereira & Claudia Albarrán, Narradores mexicanos en la transición de medios siglo. 1947-1968, México, UNAM, pp. 112.

[2] Graciela Martínez Zalce, Una poética lo subterráneo; la narrativa de Inés Arredondo, México, Tierra Adentro, 1996.

[3] Leonardo Martínez Carrizales, La generación del medio siglo. Tesis historiográfica sobre una categoría del discurso, México, UAM Azcapotzalco, 2008.

[4] Bruno Hernández Piché, Crónica de Sergio Pitol. Las razones y los periplos de un raro mexicano, 1997.

[5] Eugenio Mancera Rodríguez, Generación del Medio Siglo y poética del erotismo en Juan García Ponce, México, Universidad de Guanajuato, 2016.

[6] Juan Vicente Melo, Autobiografía Precoz, México, Empresas Editoriales, 1966.