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Las Rupturas de Gelsen Gas

La Ruptura Hoy   -   Addy CP   -   16/07/2018

La entrega pasada del BLOG CEVIDI sobre el aniversario luctuoso de Fernando García Ponce me hizo pensar inevitablemente en uno de sus contemporáneos más escurridizos por la escasa información existente: Gelsen Gas. Seguramente su vinculación con el mural "Canto al océano" de Manuel Felguérez y el “efímero” de Jodorowsky que lo inauguró sea una de las referencias más persistentes en nuestra memoria inmediata sobre su trayectoria. En gran parte lo anterior se debe a que aunque no sobrevivieron registros del evento es difícil pasar por alto un helicóptero estrellado como parte de la “escenografía más memorable del teatro vanguardista en México” [1]. 

Ángel Sánchez Gas (1933-2015) resulta ser un artista autodidacta sumamente peculiar por saltar de pinturas como la muchas veces referida “Homenaje a Magritte” (1969) a esculturas que, aunque son una buena muestra del Geometrismo mexicano se escaparon del libro homónimo coordinado por Jorge Alberto Manrique. Mención aparte merecería su faceta como escritor experimental que le llevó a publicar en colaboración con Juan José Arreola en el Unicornio sus cinco recuentos de poemas: “Fábula en mi boca” (1959), “Desmolde” (1961), “Inconfórmula y proseo” (1962), “Glosa flexible” (1963) y “Residuario” (1964). Sin embargo, centraremos los propósitos de la presente publicación a su incursión en el cine.


El también inventor de la Hemifrontis, el Radiador del Tezontle y de la T.V. sin rayas, incursionó en el cine con Anticlímax, una de las pocas películas independientes mexicanas realizadas en 35 mm. La película se ha convertido con el correr de los años en un título de culto que fue incluido en la exposición La era de la discrepancia. 

Después de practicar con la cámara fotográfica durante seis años y dos exposiciones individuales, entre las que se encontraba “Ilustraciones al homenaje a Carlos Pellicer” en la Galería Edvard Munch, decidió concursar en el Certamen de Cine Experimental Mexicano. De esta manera, en 1969 Gelsen Gas, el fotógrafo Rafael Corkidi y el pintor Luis Urias filmaron Anticlímax para dar cuenta de un modo doloroso y paródico del contexto mexicano de aquel entonces. Para ello desecharon la trama convencional y organizaron en tres capítulos (“el hombre, la mujer, la pareja”) una serie de haikus visuales. También eligieron locaciones como la Ruta de la Amistad, el edificio de Celanese en Avenida Revolución y el Periférico para retratar las tensiones de la clase media mexicana.

Anticlímax es de acuerdo a Álvaro Sánchez Mantecón [2] una alegoría de la confrontación civilización-máquina-naturaleza que queda expresada en sus personajes. Donino, el personaje principal, vive en un mundo moderno, racional y marcado por el consumo. Prueba de ello son los trabajos que realiza como arquitecto y diseñador, así como su obsesión por llenar de latas su carrito de supermercado. Por su parte Tina habita un mundo natural y campirano que le provoca sobresaltarse al no saber, por ejemplo, cómo funciona una licuadora.

Anticlímax logró presentarse en varios festivales internacionales, aunque nunca pudo distribuirse en México, como el propio Gas cuenta en su blog [3]: 

“Locamente me tocó la frustrante secuela de verme boicoteado en la distribución por ‘pasarme de listo’ (siete sindicatos no son poca cosa). - No más cine para mí, en esta encarnación, me dije, y desde entonces lo he cumplido”.

Sin embargo, como bien se apunta en su currículum contenido en Falacias… y no” (1977) lo anterior no sería del todo cierto ya que en 1971 creó los personajes animados ZOT y PEC y al año siguiente fue actor de Super-8 y productor de la película documental “Robarse el arte” junto con Juan Gurrola y Arnaldo Coen.  


El filme es una crónica experimental que documenta las andanzas de los artistas en Documenta 5 (Kassel, Alemania) y sus reflexiones sobre el arte contemporáneo. El trío de acuerdo a Jesse Lerner no solo observó, sino que interrumpió, hurtó y finalmente complementó la exposición con su propia contribución “por una necesidad de cuestionar la forma, función y propósito fundamental del arte”[4]. Los subtítulos de la exposición contenían una serie de interrogantes que fueron pretexto para reflexionar en torno a la "desmaterialización del objeto artístico":

Warum Kunst 

[¿Por qué arte]


Ist kunst für das glück?

[¿Es el arte para la felicidad?]

La respuesta de la terna de creadores se presenta en el clímax de la película con un performance absurdo en el que llegan a la conclusión de que “el arte es eventual. La única manera de aprehenderlo es probándose el evento. ‘El’ evento”. El collage fílmico se complementa con citas de “Him” de E.E. Cummings y de Gertrude Stein, encabezados de tabloides, un segmento de audio de la película Who’s afraid of Virginia Woolf?

Notas

[1] Cuauhtémoc Medina, Pánico recuperado, En La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en México 1968-1997, UNAM, 2014.

[2] Álvaro Sánchez Mantecón, Narrativa y poesía en el cine experimental mexicano. La fórmula secreta (1965), Anticlímax (1969) y La segunda primera matriz (1972), istor 61, pp. 127-140. 

[3] Gelsen Gas, El cine, julio de 2008. Recuperado de http://expogelsen2009.blogspot.com.

[4] Jesse Lerner, Las películas de Juan José Gurrola, En La Boite de J.J. Gurrola, Vanilla Planifolia, 2014.