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MARGO GLANTZ Y SU ESGUINCE DE CINTURA

La Ruptura Hoy   -   Addy CP   -   27/01/2020

Por Yamel León

El 28 de enero cumple años Margo Glantz, escritora, ensayista, crítica literaria y académica mexicana que compartió escena con los integrantes de la llamada Generación Casa del Lago y quien acuñó el término Literatura de la Onda. Por lo que dedicamos esta publicación del blog para abordar uno de los temas centrales de su obra: el cuerpo femenino.

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La figura de la mujer en la literatura y teoría mexicana regularmente ha carecido de una representación digna durante mucho tiempo, algo que diferentes escritoras se han esforzado por cambiar. Entre ellas podemos ubicar a Margo Glantz, quien al abordar a la figura femenina en sus ensayos ha realizado una contundente crítica a la minimización de la mujer. “De pie sobre la literatura mexicana” es un ensayo desu libro Esguince de cintura (1994), del cual hablaremos en esta publicación. En dicho escrito se plantea el tema de la sexualidad a partir de la reflexión de temas, como por ejemplo, la razón por la cual los pies de las mujeres son censurados.


Se toma como punto de partida Le gros orteil dedicado (1929) de George Bastilla, el cual fue publicado por primera vez en el sexto número de la revista parisina surrealista Documents. Este escrito expone al dedo gordo del pie como el más humano de los apéndices con los que contamos y nos revela cómo su conformación y posición permitió que cumpliéramos con la consigna de levantarnos y andar en dos patas, generando esa erección de la que los hombres estamos tan orgullosos. No obstante, las preguntas de Margo nos dejan pensando “¿a la mujer, quién la sostiene? ¿El pie que sostiene al hombre es el mismo que sostiene a la mujer? […] ¿esos dedos gruesos, cómicos o monstruosos, armónicos o crísticos, pertenecen al hombre como género humano o al hombre como representante de lo masculino?” (Glantz, 1994). En este razonamiento podemos denotar que la voz del texto podría referirse solamente al ente masculino cuestionándose sobre la figura femenina, la cual no es mencionada a pesar de tener la misma estructura en el dedo gordo de su pie y, por tanto, se cuenta como exclusión. La denuncia a esta omisión nos lleva a la censura del pie femenino, el cual también sufre de mutilaciones como parte de un proceso normalizado para alcanzar los estándares de belleza impuestos. Se le otorga un estatus como única meta en la vida de las mujeres, como lo expresa la autora más adelante: “las chinas que deben esconder sus pies de sus maridos y las turcas deben dormir con medias.”(Glantz, 1994). 

Estos estándares impuestos para las mujeres y la censura hacia su propio cuerpo son sólo parte de la objetivación que sufre la figura femenina tanto en la literatura como en la vida, una idea que Glantz critica en su libro. Para ello, la autora parte de la idea de vírgenes sin ojos ni pies hasta llegar a la comercialización del cuerpo femenino como un pedazo de carne en la obra de Federico Gamboa Santa (1903). Las obras literarias ambientadas en esta época y espacio, hablando de la Revolución Mexicana, usualmente tienen como voz y personajes principales a los héroes masculinos, lo cual fomenta el ideal de macho mexicano que arrasa violentamente todo a su paso. Por su parte, las mujeres se retratan como prostitutas, se les objetiva sexualmente o, en su defecto, se presentan como quienes se deben comportar como “macho”, doblegar o violentar su alrededor para ser respetadas y tendrán que dejar su “lado femenino” (delicado, sensible y vulnerable) para estar con su “amado”. Un ejemplo latinoamericano de lo anterior es Doña Bárbara (1929), la cual fue escrita por el venezolano Rómulo Gallego. 

Es importante mencionar que durante muchos años la figura femenina revolucionaria se mitificó y cuando comenzó a representarse fue a través de figuras polémicas. Tal es el caso de Santa, obra de Federico Gamboa. Glantz aborda esta novela y realiza una crítica contundente al discurso que envuelve no sólo a la protagonista, sino todo un ambiente en el que las prostitutas son vistas como:

un ser equívoco; ni mujer ni palabra pronunciada, la puta como animal marginado, aunque público; femenino, aunque negado a la feminidad, terrestre apenas, un cuerpo solamente. […] En el prostíbulo se vende carne “palpitante de peca” o simplemente “carne de placer” y la novela hace de esa carne el objeto principal de su discurso. Gamboa lo organiza de tal modo que “sus palabras no ofendan a oídos de nadie”. (1994)

De esta forma, podemos observar que la figura de la mujer en nuestra sociedad y literatura mexicana no siempre ha sido digna o tan siquiera humana, lo que fue creando o apoyando las bases para que discursos considerados como machistas aparezcan y se normalicen. Margo Glantz hace frente a estos razonamientos en sus ensayos académicos y se postula como un pilar para la desobjetivación de la figura femenina en el campo literario. Con el transcurrir de los años su trabajo ha visibilizado dicha situación, la cual habrá de depurarse de nuestra cultura.


Referencias

Glantz, Margo. (1994) Esguince de cintura. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México, Coyoacán. 

Castro, Maricruz. Cázares, Laura. Prado, Gloria (2004). Escrituras en contraste femenino/masculino en la literatura mexicana del siglo XX. Editorial Aldus, SA. 03810 México D.F.