Pasajes de una intimidad
Desde hace poco más de un mes una decena de jóvenes se ha estado reuniendo en nuestras instalaciones con el propósito de identificar las técnicas narrativas de Juan García Ponce y realizar ejercicios de escritura (imitación e intertexto) para producir textos que serán publicados de manera conjunta con las memorias del 1er Coloquio CEVIDI. Para ello contaron con la dirección de la escritora, poeta y académica, la Mtra. Lourdes Cabrera Ruiz, quien durante estas semanas desarrolló con los participantes ejercicios de lectura y escritura.
El taller inició el 22 de septiembre con la participación de José Antonio Lugo y María Luisa Herrera, quienes presentaron una charla a cuatro manos sobre la vida y obra del autor de Crónica de la Intervención. Ambos amanuenses garciaponcescos de décadas diferentes compartieron con los participantes del taller detalles del proceso creativo de sus cuentos y novelas:
“María Luisa y yo, como otros, tuvimos ese regalo inesperado de la vida que nos ha formado, que nos ha marcado y para bien, por supuesto. De haber tenido la fortuna de ser los que estábamos ahí, los que nos dictaba en esa máquina Olivetti lettera 32. Más allá de lo que significó para nosotros, creo que Juan fue fundamental por eso: porque tenía esa capacidad extraordinaria de describir estos procesos creativos además de ser el ala líder, el portavoz de una pintura que para el México de ese entonces era ir detrás de un arte incomprensible. En ese contexto Juan fue el portavoz que explicaba esas coordenadas secretas, esos códigos de acceso que no estaban disponibles para todo mundo y que era el puente de divulgación y de entendimiento de la gran pintura mexicana de esa época” – José Antonio Lugo
Transcurrido el mes de la inauguración del Coloquio el taller recibió la visita del escritor, poeta y editor Adolfo Castañón, quien recordó sus primeros contactos con el Maestro Juan sobre la vocación que se necesita para escribir:
“Entré a la Facultad de Filosofía y Letras en el año de 1971 para estudiar lingüística y tomaba un seminario de literatura moderna que llevaba Juan García Ponce. Después lo visité en su casa y, por cosas un poco del destino, yo estuve cerca de amigos cercanos de él. Uno de ellos, un amigo muy cercano –un fratello o una especie de acólito—, fue Huberto Batis; y yo fui discípulo de Huberto Batis, muy atento a sus enseñanzas, y con esto quiero decir que, por ejemplo, si él hablaba de un libro el lunes y después había clases el miércoles, yo para el miércoles ya había leído el libro”.
El taller cierra esta tarde su ciclo de actividades con la lectura de los trabajos realizados, dentro del marco del 85 aniversario del escritor yucateco.