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Carrington, los surrealistas y la ruptura

Por Marina Aban [1]

Por último, imaginó cómo sería, en el futuro, esta pequeña hermana suya, cómo sería Leonora cuando se convirtiera en mujer. Y pensó que Leonora conservaría, a lo largo de los años, el mismo corazón sencillo y entusiasta de su niñez, y que reuniría a su alrededor a otros artistas, y haría brillar los ojos de los pequeños al mostrarles un cuadro extraño, quizás este mismo sueño del País de las Maravillas que había tenido años atrás… [2]


Figura 1. Reflection on the oracle, 1959.


Abril de 1917, Leonora Carrington observa por primera vez el mundo que la rodea: Lancashire, Inglaterra. El amor que sentía por los animales se hace más presente con cada sueño que recrea a consecuencia de las historias que su abuela solía contarle durante su niñez. Comprende que existen más mundos y realidades a su alrededor.

En el año de 1936 se muda a Londres para estudiar pintura. Complementa su formación con los estudios del ocultismo, alquimia y astrología. Un año más tarde, conoce a Max Ernst a quien llamaría “Pájaro Superior” y retractaría en algunas de sus pinturas; de la mano de él, Carrington llega a los surrealistas de París: André Bretón, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Paul Eluard, Louis Aragon. Con la puerta abierta al surrealismo, Carrington pasa a través de ella dejando su huella en cada sitio. 

Los conflictos políticos de París ocasionan el encarcelamiento de Max Ernst y la crisis nerviosa de Leonora Carrington. Al notar el estado de Carrington, su padre la interna en un hospital psiquiátrico de donde ella escapa para refugiarse en Lisboa. Con la ayuda de Renato Leduc, a quien conoció por recomendación de Picasso, logra viajar a Nueva York para finalizar su viaje en México.


Figura 2. El gran adiós, 1958.


A su llegada a México en el año de 1943, Leonora Carrington reinicia su vida en compañía de artistas como Remedios Varo, Benjamín Péret, Frida Kahlo, Diego Rivera y Luis Buñuel, quienes se mantuvieron cerca para apoyarla en sus futuros proyectos; es en México donde la amistad con Remedios Varo se fortalece y crean “un lenguaje pictórico” como lo llamara Susan L. Aberth; es también allí donde atraviesa un sendero de inspiraciones que la llevan hasta la ciudad de la imaginación y da vida a sus cuadros llenos de animales fantásticos y no fantásticos; seres diminutos a los que solía llamar Gentry; espacios ficticios y escenas profundas, todos situados en una realidad compleja. Regresa a los años de su infancia, a los recuerdos de sus ancestros que se van quedando en la boca de aquellos que pueden pronunciar las historia contadas. Ella ha materializado todo aquello en formas que nunca se han de olvidar.


Figura 3. El mundo mágico de los mayas.


Leonora Carrington se consagra como una surrealista por inspiración e invocadora de seres fantásticos por nacimiento; es una mujer que ha superado las expectativas del público con cada una de sus obras. Es por ello que en este año abrirá sus puertas la casa de Leonora Carrington y se convertirá en museo, exponiendo parte de la vida de la surrealista desde lo privado de su recinto. Contará con un área dedicado a Emérico Weisz y sus fotografías. 

Referencias

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Notas

[1] Estudiante del 8 semestre de la Licenciatura en Literatura Latinoamericana (UADY) y Becaria del CEVIDI. 

[2] Fragmento de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll. Las cursivas pertenecen al autor, quien modificó el fragmento con datos de Leonora Carrington. 




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