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TIERRA Y LIBERTAD DESDE EL ARTE. ALBERTO GIRONELLA Y ARNALDO COEN, OBRA SOBRE ZAPATA

La Ruptura Hoy   -   Laura Espejo   -   05/08/2019

A 100 años de la muerte de Emiliano Zapata, un personaje que a veces parece mito, otras veces héroe y a quien se le han adjudicado una serie de imaginarios con los que nos enfrentamos hoy en día al pensar en este caudillo, el “Caudillo del Sur”; es en el arte, sobre todo la plástica, donde estos mismos imaginarios alimentan su imagen para tomarla y reproducirla, intervenirla y presentarla en distintos medios. 

El 16 de abril de 1913 se publica en “El imparcial” la que sería la fotografía más popular de Emiliano Zapata, posando de pie en el Hotel Moctezuma en Cuernavaca, en donde porta una banda (que más adelante será intervenida para ser una banda tricolor), carrilleras, el sable y la carabina Winchester. Renato González Mello menciona que probablemente, tanto la banda como el sable, los cuales pertenecen al grado de general, sean trofeos tomados del derrotado general Manuel Asúnsolo, haciendo de esta primera imagen de Zapata un contexto urbano.

Muchos son los artistas que han tomado el icono de Zapata para plasmarlo en un lienzo o cuadro, mural o fotografía, obras vinculadas con la Escuela Mexicana de Pintura, la Escuela Mexicana de Escultura, el Muralismo y La Ruptura. De esta última, podemos mencionar a dos creadores: Alberto Gironella y Arnaldo Coen.


¿Qué es lo que estos artistas tienen que decir respecto a este personaje? ¿Por qué retomar esta figura/leyenda y crear un imaginario de su reproducción? Primero podemos destacar que la imagen de Zapata por sí sola rompe con la idea de que las corporaciones militares revolucionarias eran hombres sin medios para caballerías, y que se enfrentaban a hombres que sí los tenían. Segundo, la intervención de figuras históricas ha sido un método de creación en el arte moderno, tanto para criticar como para visibilizar.

En el caso de Alberto Gironella fue un pintor y escritor que se vio influenciado por el grupo de creadores españoles exiliados en México y, como parte del núcleo duro de la generación de La Ruptura, marcó distancia con la Escuela Mexicana de Pintura. Fundó con Vlady y Héctor Xavier la galería Prisse (1952), donde expuso su trabajo La condesa de Uta en su primera exposición. Con respecto a la efigie del caudillo, Gironella la interviene convirtiendo la banda de general en una tricolor, semejante a la que usan los presidentes en México y colocando al caudillo en un paisaje “bermejo sembrado de magueyes, cráneos y huesos”. Gironella lo pinta como muestra de la pureza revolucionaria, “El entierro de Zapata […] era una exaltación a la pureza revolucionaria contra el banditismo simbolizado quizás por Miguel Alemán […] A Zapata lo han hecho santo el tiempo y Miguel Alemán”. El Zapata de Gironella es la revolución mutada en arte, en experimentación, el fondo cambia, pero la figura sigue dando la misma imagen del caudillo armado, solo que ahora porta corcholatas y no balas.


Subliminalmente tenía la certeza de que cuando usaba las corcholatas, eran balas

Por su parte, el artista gráfico Arnaldo Coen presenta también su propio imaginario sobre la iconografía de Zapata. Coen obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2014 y es miembro del Sistema Nacional de Creadores del Arte. En 2015 presenta una serie de collages con la figura de Emiliano Zapata, el cual retoma un diálogo que, como Gironella, viene construyendo a lo largo de su trayectoria artística.

En las obras de Coen tenemos un Zapata presente en distintas maneras, casi como un icono pop, con diferentes técnicas y ambientes. Toma al caudillo del sur como un “alter ego” y se vuelve protagonista en sus collages a partir de 1977 por influencia del libro Zapata y la Revolución de John Womack Jr. El artista utiliza la famosa frase “Tierra y libertad” para colocar la figura, hace un diálogo con movimientos, periodos y artistas de la historia del arte. Así, Coen crea lo que él considera que merecemos de las obras:

Una tierra para vivir con los pies en ella y sólidamente asentados y libertad que no permita actuar con libre albedrío y con todas las posibilidades de imaginar tanto la práctica de la vida como la imaginaria.


Para Coen, el caudillo es la figura que se puede ver de diferentes formas, todas condicionadas por la representación que tenga en cada obra. 

De esta manera, tanto Coen como Gironella aprovechan diferentes lecturas para intervenir la misma faceta de Zapata. No son retratos realizados con técnicas específicas, es la naturaleza, el espacio y el discurso que muta en cada obra. Estos dos artistas de La Ruptura vuelven una figura que carga con sus propios símbolos, algo completamente mutable, rompen los límites de la experiencia literaria y del tiempo:

Un día vi una foto del cadáver de Zapata rodeado de campesinos mirando al cielo, y esa imagen era idéntica al cuadro de El Greco "El entierro del Conde Orgaz".- Alberto Gironella

En este año del centenario de Emiliano Zapata, es preciso recordar cómo su imagen evoluciona en la plástica, se vuelve una figura del arte mexicano. Alberto Gironella y Arnaldo Coen tomaron el arte moderno para experimentar, dialogar y simbolizar. La pintura crea imaginarios colectivos, el arte da paso a la crítica, La Ruptura se vuelve una apertura.

Referencias

Emiliano Zapata es una especie de alter ego: Arnaldo Coen. (05 de 09 de 2018). Obtenido de El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/cultura/emiliano-zapata-es-una-especie-de-alter-ego-arnaldo-coen

Díaz, V. (5 de mayo de 2016). He hecho de Zapata mi álter ego: Arnaldo Coen. Milenio.

Grupo Financiero BITAL. Gironella. Grupo Financiero BITAL Landucci Editores. 2002

Meyer, J. (2004). El sueño reiterado. Emiliano/Gironella/Zapata. Revista de la Universidad de México.

Villoro, J. (24 de febrero de 2004). La mirada de Zapata. Obtenido de Letras Libres: https://www.letraslibres.com/mexico-espana/la-mirada-zapata